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La huída masiva de la NWSL a Europa

Hace nueve meses no se hubiera cuestionado que la liga de fútbol femenil de Estados Unidos, la NWSL, fuera de las mejores del mundo. Las 23 seleccionadas estadounidenses que ganaron la Copa Mundial FIFA 2019 en Francia, jugaban en alguno de los 9 equipos que conforman la NWSL. Lo mismo que un gran número de seleccionadas australianas, canadienses y de otras ocho selecciones nacionales.

 

A principios de abril los rumores de que dos de las mejores jugadoras del Olympique Lyon, estaban interesadas en competir en la NWSL eran cada vez más fuertes. Con ello se unirían a jugadoras internacionales de renombre que militaban en la liga como Christine Sinclair y Marta, por mencionar sólo algunas.

 

Esto no sucedió. La NWSL fue una de las ligas en el mundo más afectadas por la pandemia del Covid-19. ¿Por qué? Mientras que en la mayoría de las ligas europeas sus torneos son de septiembre a mayo, en Estados Unidos es de abril a octubre. De ahí que cuando inició la contingencia en Europa los torneos fueron suspendidos hacia el final de sus temporadas pero en Estados Unidos, ni siquiera pudieron iniciar.

 

Esto representó un problema muy serio para la liga. Los casos de contagios y muertes aumentaban de forma alarmante en el país y la posibilidad de un inicio tardío de la temporada era cada vez más lejano. Con la finalidad de no dejar pasar el año sin actividad, la liga organizó el torneo NWSL Challenge Cup. Los 9 equipos de la NWSL se concentrarían del 27 de junio al 26 de julio en la ciudad de Salt Lake City, Utah, en una especie de villa deportiva. Las jugadoras que optaron por participar no podían abandonar las instalaciones para evitar contagios, únicamente se podían transportar a cualquiera de los 2 estadios donde se jugaría el torneo y de vuelta a la villa. Días antes de viajar al torneo el equipo de Orlando Pride fue dado de baja por presentar casos positivos. El torneo se reestructuró y se llevó a cabo sin ninguna otra complicación. Un mes después llegaba a su fin.

 

Para entonces, en el viejo continente las restricciones por la pandemia se reducían y los equipos de las diferentes ligas comenzaban su preparación. Pronto daría inicio la que sería la temporada previa a los Juegos Olímpicos de Tokio 2021. Era de vital importancia para las jugadoras participar en torneos para no perder el nivel de juego y, en caso de que su selección fuera a participar en la Olimpiadas, llegar bien preparadas. Las jugadoras de la NWSL lo sabían y fue por ello que meses antes varias de sus integrantes empezaron a ver con buenos ojos migrar a las ligas europeas. Entre junio y agosto al menos 20 jugadoras importantes, la gran mayoría internacionales, fueron firmando contratos con equipos europeos, abandonando así la NWSL.

 

A diferencia de lo que muchos pensaban como imposible, el éxodo no fue ajeno para algunas seleccionadas de Estados Unidos. Es importante mencionar que el manejo de esta selección tiene sus particularidades y es por ello por lo que sus 23 integrantes participaban hasta el año pasado sólo en la NWSL. ¿A qué particularidades me refiero? A diferencia de otras ligas, la encargada del pago de los sueldos mensuales de las seleccionadas no es el equipo de la liga en el que juegan, sino la Federación de Fútbol de los Estados Unidos. Ello les permite disponer de ellas en el momento en que lo deseen, ya sea para partidos amistosos oficiales de la selección o de preparación, en cualquier época del año. Las jugadoras siempre están disponibles, situación que en ninguna otra liga se permite.

 

Sin embargo, dados los acontecimientos de este año en Estados Unidos y ante la inminente llegada de los Juegos Olímpicos, la Federación permitió a las jugadoras que así lo desearan buscar otras ligas donde competir. Fue así como 6 de las 23 seleccionadas partieron a Europa. Alex Morgan, Tobin Heath, Christen Press, Sam Mewis y Rose Lavelle encontraron lugar en Inglaterra, mientras que Emily Sonnett lo hizo en Suecia.

 


La NWSL se vio presionada por la necesidad de actividad en la liga, por lo que organizó otro torneo denominado NWSL Fall Series del 5 de septiembre al 17 de octubre. Los 9 equipos se dividieron en grupos de 3 de acuerdo en su ubicación (oeste, noreste y sur) y cada equipo jugó 4 partidos en su grupo. Nuevamente, las jugadoras que temieran contagiarse tenían la opción de no participar.

 

La salida de jugadoras de alto nivel de la NWSL, así como la ausencia de jugadoras que optaron por no participar en los torneos organizados por la liga, tuvo consecuencias importantes. Por una parte el nivel de juego se vio mermado. Equipos que anteriormente no tenían problemas para ganar dejaron de hacerlo y muchos de ellos perdieron su atractivo. Por otra, y posiblemente la más positiva, fue que salieron a la luz nuevos talentos, provocando que equipos que antes no trascendían, comenzaran a hacerlo.

 

De todos estos cambios, la más beneficiada fue la liga inglesa (la FA Women’s Super League) pues captó a la gran mayoría de las jugadoras que abandonaron la NWSL. Diferentes equipos se vieron reforzados con la llegada de seleccionadas estadounidenses, australianas y canadienses. El revuelo que causó la llegada de jugadoras como Alex Morgan o Tobin Heath fue impresionante. La venta de mercancía se disparó, los televidentes aumentaron y se registró un incremento en la asistencia a los partidos.

 

Será interesante ver qué sucede una vez que concluyan las Olimpiadas en agosto y los contratos de varias jugadoras hayan expirado. ¿Volverán a la NWSL? Ya lo veremos.

 

Si alguno de ustedes quisiera echarle un ojo a los partidos de equipos como Chelsea, Manchester City, Arsenal y varios más, ya es posible. La Asociación de Fútbol de Inglaterra lanzó hace unos meses la aplicación “The FA Player”. Basta con bajarla al celular o tableta y registrarse. Se puede tener acceso gratuito a partidos diferidos, resúmenes, marcadores, tablas de posiciones y demás información de los torneos femeninos de la liga inglesa. Una joya.